sábado, 15 de noviembre de 2008

Historia de Antoñito Fernández Fernández, alias "El flaco"


¿Recordáis que hace unas semanas continuamos en clase la historia de Antoñito Fernández Fernández, estudiante de 3º del María Moliner? Pues bien, aquí esta la segunda parte.
Escribe tú ahora el final de esta narración en unas 10 o 15 líneas. Puedes hacerlo en tu cuaderno de clase o en los comentarios de esta entrada.

No fue, sin duda, la historia de la caja misteriosa la única cosa sorprendente que le ocurrió a Antoñito Fernández durante ese largo curso escolar. Como ya he dicho antes, “el flaco” tenía la rara capacidad de que le pasaran las aventuras más curiosas que nadie haya podido escuchar y yo, que era su mejor amigo y siempre iba con él, fui partícipe de la misma suerte.

Recuerdo un día que Antoñito y yo íbamos de camino al insti, quejándonos de lo poco que nos gustaban las clases.

-Jo, Flaco, no me apetece nada meterme ahora en clase... dije resoplando.

-Ya, a mí tampoco, Maleta -respondió

Era otoño y hacía poco que habíamos vuelto de las vacaciones, pero ya estábamos cansadísimos de escuchar a los profesores diciendo tonterías y amenazándonos con ponernos apercibimientos. ¡Ay, si pudiéramos dar cuerda al tiempo y hacer que pasaran los meses sin darnos cuenta! ¡Maldita sea, cuánto echaba de menos el verano y la playa!

Estábamos callados, andado con las manos metidas en los bolsillos mientras veíamos caer las hojas de los árboles volando hacia el suelo. El Flaco estaba muy pensativo, se miraba los pies al caminar y parecía absorto en sus imaginaciones. En un momento, cuando ya estábamos cerca del insti, se paró y me dijo muy serio:

-¿Sabes?, Maleta, no puedo soportar al profesor de lengua, el señor Pachón... ¡ojalá lo secuestraran y no lo viéramos más!

Yo lo miré con extrañeza, como si esas palabras no fuera dignas de Antonio, y me quedé callado. En un par de minutos llegamos al centro, pero en la puerta había algo muy raro...

En efecto, la entrada estaba llena de agentes de policía que había acordonado la zona y no dejaban pasar a nadie.

-¿Qué es lo que pasa? -preguntó el Flaco a una señora que estaba allí mirando.

Ella respondió: No estoy segura, pero parece que han secuestrado a un profesor del instituto y lo tienen retenido allí...


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